El Espíritu del Violador
Leyenda VENEZOLANA. (ISABEL TERESA PERDOMO LEDEZMA)
Un día de algún mes de los años 1.800 llego a la Colonia Tovar JUDAS TADEO RAMIREZ. Oriundo de la victoria un caserío a pocos minutos de la Colonia Tovar, llego a aterrorizar y conmocionar a todo esté frio, extraño y por demás de tranquilo pueblo.
Judas: bonito sitio este umm! Lindas niñas encontrare.
Caminando por alguna de las pocas calles de la colonia, se consiguió Judas Tadeo Ramírez, con la que sería su primera víctima MARIA de tan solo 10 años, la niña jugaba con su muñequita soñando que algún día llegaría su príncipe azul y se irían tal vez a sembrar en el huerto de la familia las raíces de una nueva generación que echaría sus raíces así mismo como papa y mama ya lo habían hecho. Hasta que se acerco a ella aquel nuevo hombre y le dijo:
Judas: Ya casi es de noche niña.
María: Si señor ya el sol de va.
Judas: Y! ¿Tu cómo te llamas pequeña? ¿Porque aun estas aquí? ¿Donde están tus padres?.
María: Yo soy maría señor, espero a mi padre, fue a visitar a su amiga magdalena, me pide siempre que lo acompañe, el dice que su amiga magdalena está por terminar una casa de muñecas en la que podría jugar, pero solo cuando la terminen, es que el la está ayudando a construirla.
Judas un poco extrañado, puesto que aun siendo relativamente nuevo en el pueblo, ya había oído hablar de magdalena y estaba seguro que no era la casa de muñecas que maría anhela conocer lo que ellos estarían construyendo.
Judas: ¿una casa de muñecas? María pero justo al pasar ese huerto hay una, yo la he visto muchas veces es hermosísima.
María: ¿Dónde señor? Yo nunca la he visto!
Judas: vamos linda yo te puedo llevar.
Caminaron hacia el fondo del camino, el, la cogió de la pequeña manito, pero la inocencia de la niña no le permitía percibir el calor que emanaba del cuerpo de aquel hombre, envuelto en un aroma de sudor y marihuana que se confundía con los pinos de aquellos bosques no explotados aun.
María: ¿esa es la casita que usted dice señor? Pero… ¿pero esa no es la caseta del Sr. Que aun nadie conoce?
Judas ya no pensaba, no la escuchaba, había centrado su atención en la puerta de esa destartalada caseta de madera que el mismo había invadido alejado de todo oído de cualquier coloniero.
Judas: no se pequeña! Vamos a investigar – le propuso el con un tono conspirativo, sin soltarla de la mano avanzaron hasta la pequeña caseta de tablas despintadas. Judas se apoyo contra la puerta que soltó el respectivo chirrido de las bisagras sin aceitar.
Judas: su merced! Invitándola a pasar
María se rio con aquel hombre aun pensado que todo aquello seria parte de esa aventura
María: que hace señor está loco?
Judas no respondió, le tapo la boca con la mano, mientras la niña forcejeaba sin ninguna esperanza de salir de aquel cochino cuarto que conocería las desgracias de muchas niñas y adolescentes más después de aquel oscuro atardecer.
Después de maría, fue Caridad la joven hija del panadero, una adolescente en pleno con ganas de que todos la vieran tongoniandose calle arriba y calle abajo seduciendo a todos con la voluptuosidad respectiva de la explosión hormonal de su edad, pero aun así, Caridad no habría querido descubrir lo que era sentirse hembra de esa manera.
Caridad: buenas tardes señor!
Judas: muy buenas tardes pequeña, dios bendiga tus atributos, ya eres toda una mujer!
Caridad: amen. Así es señor ya pronto casare, me permitiría usted hacerle una pregunta señor?
Parada frente a lo que significaría su desgracia
Judas: claro bella! Dígame!
Caridad: porque nadie sabe donde vive usted señor? Qué hace? O con quien vive?
Judas: tal vez nadie lo ha preguntado nunca! Pero tú podrías saberlo todo si es eso lo que quieres?
Caridad: saberlo todo? Siii señor, seré la primera en saberlo después todos querrán preguntar.
Judas: vamos entonces, tú misma lo veras, y así les podrás contar, entonces todos te creerán.
La joven se fue junto con el atardecer y regreso sin nunca más ver el amanecer, alguien le robo la frescura de sus primeros pasos como mujer con un solo asalto de placer, y así iba judas haciendo estragos en este pequeño y frio pueblo sin ley.
Judas: jejejeje cada día me gusta más este pueblo! Clima frio y rico y muchas mujeres para calentarme noche a noche.
Y así fue noche a noche una a una sus víctimas iban cayendo, ninguna decía nada por pena con un poco del qué dirán no se atrevían porque después de algo asi ningún hombre con ellas se querría casar.
Pensamientos de las mujeres: nadie lo puede saber! Quien me va a querer asi?
Los colonieros no entendían que pasaba con algunas mujeres, ellas después de un atardecer dejaban de ser fresas tiernas y se convertían y amargura, pero nadie tenía la suficiente malasia para pensar que un hombre como aquel al que a nadie molestaba ni hablaba tenia algo que ver con aquellas muchachas a las que les llovía permanentemente en los ojos y que sin decir 1 palabra sabían del infierno que a cada una quemaba por dentro. Solo una poblada MAGDALENA, siempre supo que había algo extraño en aquel hombre y que en los ojos de aquellas ya no tan niñas también había algo. No había hombre en aquel pueblo que no la conociera, todos tarde o temprano visitaban a Magdalena y también sabían cuando ir para no importunar a algún muy buen amigo de la SEÑORA que se había adelantado a la vista. Magdalena siempre le abriría la puerta al afortunado de turno como su madre la trajo al mundo, desnuda por completo y con un tabaco en la mano eso lo aprendió después de grande. Ninguno terminaba de entrar en aquella casa sin antes ser desnudado luego asaltado y por ultimo descuartizado por el cuerpo sin edad de aquella mujer empapada siempre en un sudor caliente y con la respiración desaforada a la que no le importaba que la creyeran una corrompida por enseñarles los dotes que durante años de faena le costó aprender, nunca se permitió el mal gusto de un remordimiento ya hace muchos años había salido de la solitaria penumbra en la que Vivian aquellas muchachas. La mirada de don Judas le hacían recordar la noche en que su primo la ultrajo y en todo el pueblo era el único hombre que en meses aun no le hacia la visita. Caminando de vuelta a casa a la caída del sol escucho dentro de un matorral unos gritos de desesperación y la voz de un hombre que la hizo retroceder 30 años atrás y que la impulso a correr y correr hasta acercarse a los gritos, solo pudo ver los ojos de hombre porque este salió despavorido con los calzones en los talones. Y ahí estaba tirada la pobre mariana hija del sargento de la policía. Lloro sin decir una palabra hasta llegar a casa de su padre. Donde magdalena le conto todo lo que había oído y lo que paso cuando ella llego. También le dijo que había visto los ojos del hombre y le conto su presentimiento pero no habían pruebas la policía no podía hacer nada tampoco sabían como nunca antes habían necesitado de pruebas o culpables y menos victimas.
Mientras magdalena le repetía una y otra vez lo mismo al sargento se le ocurrió tenderle una trampa pero necesitaba la ayuda de esta mujer porque la conocía muy bien y sabía que ella era la única que se prestaría para atrapar al infeliz, al comenzar el sargento a explicarle cual era la trampa este bajo su mano hasta uno de los pechos de magdalena y lo oprimió suavemente y comenzó a jugar con el
Sargento: ya ves! eres una mujer muy especial tienes clase, comprendes.
La voz se fue regando con el pasar de los días, todos estaban al tanto, las niñas comenzaron a hablar y llorar a decir que también les había pasado en el mismo sitio entonces Magdalena decidió ayudar al señor sargento para tratar de sanar también ella aquella herida que después de muchos años ahora dolia. Y fue en un anochecer de septiembre igual que aquel de mariana cuando caminaba sola de vuelta a casa al caer la tarde por el mismo matorral cuando escucho la voz del hombre
Judas: buenas noches señorita ¿Qué hace tan sola por aquí? No ha escuchado que no se puede salir de noche?
Magdalena: nada señor voy a mi casa
Judas Necesita que la acompañe? Digo es que dicen que hay un malvado que ha ultrajado a muchas niñas?
Magdalena: No gracias… que está haciendo señor? No se me acerque AUXILIO!!!
Coemzo magdalena a gritar desaforada había vuelto a ese terrible momento de su olvidado pasado.
Judas: no grites cállate, nadie te va a ayudar, tranquila.
Magdalena AUXILIO (forcejeando)
Judas: cállate no tienes porque gritar a ti también te gusta yo sé bien quién eres pero esperaba que me vinieras a visitar para conocernos y no ser uno más de los del pueblo que religiosamente…
Justo cuando judas pretendía rasgarle el vestido cientos de pueblerinos salieron de todas partes hasta rodearlo lo golpearon, le tiraron piedras palos y todo lo que tenían cerca hasta que murió
Hombres: mátenlo
Hombres: mátenlo
Mujer: está muerto! Dios nos perdone pero menos mal que ese infeliz está muerto.
Los colonieros lo arrastraron hasta la entrada del cementerio donde lo enteraron atravesado justo en la puerta para que todo el mundo pudiera pisarlo cuando entrara y saliera, también todos juraron mantener ese secreto durante años.
Durante los primeros días de todo volver a la normalidad a las mujeres de la colonia se le comenzaron a desaparecer de sus tendederos su ropa interior, atemorizados otra vez todos por la presencia de un nuevo sádico decidieron montar guardias pero para sorpresa de todos, el sacerdote del pueblo descubrió que se trataba del alma en pena de Judas Tadeo Ramírez, que sin poder descansar robaba la ropa intima de las mujeres. Más de un siglo después todavía la ropa intima que dejan las mujeres de la colonia en los tendederos se sigue perdiendo solo los que saben entre ellos comentan que se las lleva al infierno porque nunca aparecen… Pero nadie dice nada más.
